Lucían breve
pero acompasadamente
las estrellas esta noche.
El sentido de aquel encuentro
se hacía notar a cada momento
lo perfecto se tornaba intenso.
La fuerza de las miradas
dejaban entrever lo más bello
la verdad de aquel sentimiento.
De nuestros labios
inminente su cercanía
la pasión se embravecía.
Nuestras vestiduras de gala
en la profundidad de la velada
se disipaban tras un leve suspiro.
Culminando ya estaba
el revuelo de estos sentimientos
que con un tierno roce se mostraron ciertos.
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