sábado, 22 de enero de 2011
Para ti (=
Y me preguntaste si conocía el amor y mirándote a los ojos te dije, que lo desconocía, hasta que te encontré. La brevedad de los momentos a tu lado no impidieron a nuestras almas hacerse una al reconocerse. Pues cuando el amor clama en los corazones tan solo queda rendirse a la evidencia de lo que inevitablemente ocurre al experimentar el suave murmullo, tan fragil como el cristal pero tan puro como la luz del alba, al percatarse que estoy contigo. ¡No hagas nada más! Déjate empapar de su esencia.
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