El dulce rostro que me eleva

Serás tú quien inspire cada parte de mi alma,
con tu sonrisa que llena de luz mis días,
con tu alegría, que se refleja en cada ápice tu ser.

Tu sinceridad hará libre mi corazón,
la verdad que expresan tus palabras,
el sentido de una vida, que empieza y acaba al contemplarte.

Siendo así, aquella dulce musa,
que me invita a perderme,
¡me deja sin aliento! en cada verso que te le dedico...

Estaré en ese horizonte, en el que pierdes tus pensamientos,
te acariciaré delicadamente con cada brisa que por ti pase,
escalaré montañas, sortearé obstáculos, pisaré firme... ¡ganaré este duelo!

Cerraré contigo los ojos, para que no sientas que me pierdes,
tendré tu imagen en mi pensamiento, tan nítida como la esperanza que mantengo,
y... al abrirlos, sin casi darte tiempo a pestañear, ¡me habrás descubierto!
Más te diré que he estado aquí todo este tiempo.

Sinceramente tuya.

No se como decirlo...

Me senté cerca de todos los recuerdos que fui guardando hasta hoy... ellos me decían lo bella que eres tú, esos días a tu lado, esas miradas cómplices que sólo tú y yo descifrábamos. Con cada carta se entrelazaban, si quererlo, nuestras almas, pues esperaré aunque el tiempo diga basta. Pues se que al final de este gran espacio, seguirán intactos nuestros corazones, las ilusiones, las esperanzas, los sueños, los besos, los abrazos, las caricias espontáneas... todo eso que conforta nuestra historia, recogeré todos esos pedacitos para cuando te extrañe tanto que no pueda esperar, y entonces allí entre todos los momentos te encontraré, te miraré y te besaré fuertemente mientras te susurro al oído: "no temas mi niña, siempre estaré a tu lado".

Sin título

No habrá pintor que sepa plasmar tu belleza en un lienzo, no habrá fotografo que capte todos tus matices, no habrá escritor que sepa describir en tan solo una línea lo que tú eres, porque con una vez que te vea, sin saber como, se quedará prendado de tu armonía, de ese halo que envuelve tu ser, de la pincelada de perfección que recorre cada parte de tu cuerpo, lo más bello, lo más puro, lo más apasionante, sólo puedo encontrarlo en ti. Tú eres la musa soñada, anehalda y amada, pues sin esperar nada a cambio seguiré estando junto a ti, contemplándote eternamente, esperando la consumación de un nuevo amanecer, ¡no dejaré de quererte!

Mi Rosa Clara y a la vez Sencilla

No habrá mujer en el mundo que me transmita esa luz que siento al verte, pues me hace unirme a ti sin poder evitarlo, estremeciéndome con esa sensación que invade mi cuerpo al verte pasar, esos ojos que transmiten la belleza que lleva tu nombre, eres gracia al  mirarte, eres dulzura al  sentirte, eres luz a los ojos de esta, tu más fiel amiga. ¡No será el tiempo mi vacío! sea como sea, podré llegar hasta ti, has llegado despacito a mi corazón, como una suave brisa de un amanecer tardío... ¡la luz del alba morirá de envidia al ver que brillas más que ella! al hacer magia con sólo una sonrisa,  y si un deseo tuviese que pedir ese sería poder seguir viéndote sonreír, te quiero desde lo más profundo de mi ser, ¡y eso se mantendrá intacto al paso del tiempo! que será a su vez nuestro testigo.

Para ti

Despertar abrazada a la ironía del lugar...  sin poder mirarte, sin poderte tocar;  esperando a que vuelvas cuando te has marchado ya ¡lo indican las horas! lo dicen las noches que paso en vela vagando por este amor aun no escrito, aquellos besos robados, aquellas miradas que escondían la pasión de nuestras almas. Las manos entrelazadas, los abrazos añorando un mañana, ¡no eran falsas ilusiones! sino una verdad que clama en lo más hondo de nuestros seres, a pesar de la distancia, a pesar del tiempo, de lo que nuestros caminos marquen, seguirán unidas nuestras esperanzas. Acércate cada noche a la ventana mirando hacia el cielo y verás aquella estrella que fue testigo en la madrugada de esta pasión de este amor que me desgarra. Y yo estaré a tu lado.