viernes, 10 de diciembre de 2010

Poesía

Luminosa mañana
de palabras turbadas,
cual viento soplaba, que no
te escuchaba;
me parece imposible
tal sufrimiento;
Temblando ante ti,
como reo me hallé,
Ocultando las ansias de pedirte callar,
Pues tu boca un relato contaba,
sin un leve compás.
¡Imperante adiós!
anunciando el fulgor,
de un amor resarcido,
En nuestros encuentros,
leves serán las miradas,
pero tan intensas como
la noche oscura,
y tan ardientes
como el sol del estío

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