Y tu luz sigue ahí, permanece intacta al paso del tiempo, inmune a todo cambio, pendiente de cada verso, ¡yo quisiera tener el valor para nombrarte! para pronunciar la magnificencia de tu belleza; encontrarte es perderse en el firmamento, como agua de rocío, como sol que ilumina la rosa en esta primavera, que brilla, que emana, que mece, que canta, ¡el sentir de tu perfección!.
A veces me pregunto, como puedes ser real, como puedo hallar en ti esos matices tan puros, eres mi dulce musa, mi sueño hecho verdad. Se callarán los ángeles, se hará silencio, se llenará de vida la oscuridad, ¡tan solo... con oírte murmurar!.
Sinceramente tuya.
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